Me he metido en un reto, el blog de La ventana azul nos proponía realizar un trabajo para San Valentín. Ya tenía pensado hacer unos corazoncitos de crochet, amigurumi o ganchillo (para las menos modernas como yo).
Lo cierto es que, ahora que tengo la máquina de coser, también pensé en unos de tela, pero la falta de tiempo me ha superado. Los he realizado con una madeja que tenía de algodón y con una aguja de 2,5mm, pero al gusto y dependiendo de vuestro punto. Os dejo aquí un poco el patrón, aunque ha sido un poco a libre albedrío, que es como mejor me salen las cosas y, además, las piezas demasiado simétricas me dan cierto miedo, son antinaturales (qué excusa tan buena para mi imperfección).
Instrucciones para los corazones:
Primero de todo, deciros que hay que hacer dos aros iguales (o parecidos), uno de ellos se cierra y corta el sobrante, con el otro uniremos los dos lados. Así que, dos de iguales:
- Anillo mágico de 6 puntos bajos.
- Un pb en cada punto anterior.
- 1 aumento en cada punto (12 puntos).
- Un punto en cada punto anterior (12p).
- Un punto en cada punto anterior (12p).
Una vez tienes los dos capuchones y uno no lo has cerrado...Recordad que hay que ir rellenando el interior sobre la vuelta 5 de esta segunda etapa (yo le meto algodón, pero hay relleno especial).
- Un punto bajo en cada punto anteior, teniendo en cuenta que tienes los dos capuchones (24p).
- 1 disminución, 11pb; 1dism, 11p (22p).
- 1 dism, 10pb; 1 dism, 10pb (20p).
- 1 dism, 4pb; 1 dism, 4pb; 1dism, 4pb; 1dism, 4pb (16p).
- 1 dism, 3pb; 1 dism; 3pb; 1 dism, 3pb; 1 dism, 3pb (12p).
- 1 dism, 2pb; 1dism, 2pb; 1dism, 2pb; 1dism, 2pb (8p).
- 2 dism, 2pb; 2 dism, 2pb (4pb).
- Cerrar.
En unos días es el cumpleaños de mi marido y quería hacerle un detalle especial. Lo cierto es que ya ha ido recibiendo regalitos durante este mes, aprovechando las rebajas, pero cumple esa edad en la que dicen que los hombres, sobre todo ellos, tienen una crisis, así que esta tarde me he puesto manos a la obra para hacer algo diferente y que no se compra con dinero, uno de sus pasteles favoritos: brownie de limón.
Ingredientes para la masa:
- 85 gr de harina
- 85 gr de azúcar
- 1 pizca de sal
- 60 gr de mantequilla
- 2 huevos
- Ralladura de medio limón
- 2 cucharadas de zumo de limón
- 1/2 sobre de levadura
Ingredientes para el glaseado:
- 70 gr de azúcar glas
- 4 cuharadas de zumo de limón
- Ralladura de medio limón (al gusto, como si no se pone)
Al lío:
Precalentar el horno a 180 grados. En un recipiente, batir la mantequilla, la sal y el azúcar, se le añaden los huevos y la ralladura del limón, junto con algo de zumo. Después, tamizamos la harina junto con la levadura. Batir hasta que quede cremoso. Dejar en el horno durante unos 25 minutos o hasta que lo pinchemos con un cuchillo y ya no deje marca.
Mientras está en el horno, nos metemos con el glaseado, que es muy fácil de hacer: mezclar el zumo del limón con el azúcar glas, trabajarlo con una cucharita hasta que tenga consistencia.
Cuando saquemos el pastel del horno, dejar reposar y, una vez esté frío, añadirle el glaseado y meter en la nevera. Al cabo de un rato estará listo para servir y comer. Buen provecho.
No tengo niños ni están a la vista, pero tengo unos gustos tan coloristas y, reconozcámoslo, algo infantiles, que me divierte visitar tiendas para niños. He encontrado una que me ha robado totalmente el corazón, no os pongo nada de ropita porque, evidentemente, a mí no me interesa, pero aviso a los padres que hay mucha variedad y que merece la pena la sección de rebajas.
Se llama The Kid Who y tiene productos que van desde ropita hasta utensilios para el cole o de decoración. No tiene desperdicio.
Yo ya he hecho mi pedido aprovechando la época de rebajas y la sección outlet, ya sé que falta un año para Navidad, pero yo ya tengo mi belén de matrioskas, y no he podido resistirme a estos colores con forma de muñeco de jenjibre, son una monada, ¿no os parece estupendo todo?
Cuando hicimos el traslado a la casa nueva (ya hace más de un año, ni me lo creo, con todo el sarao que montamos) tenía dos cosas claras: sofá y silla para el escritorio, porque la mesa me la regaló Chico hace años, todo un hallazgo en un anticuario.
De lo primero se encargó mi padre, que siempre conoce a alguien que conoce a otro, vamos, que si fuera por él viviríamos de trueque, y ya me parece bien, pero no siempre es posible ser un hippie empedernido. Me gusta combinar mueble antiguo y moderno, así que usé mis poderes en Internet para encontrar el mejor precio, elegancia y la comodidad que necesita mi espalda. Es un sitio especializado en sillas de oficina, fácil de recordar: Ofisillas (os dejo el enlace porque merece la pena).
Pues bien, nos gustó tanto que ahora que Chico se ha cargado la suya (no encuentro otro verbo más adecuado, porque le ha dado a la pobre un tute que ni os cuento, que ganas tengo de tirársela) y se ha acostumbrado a usar la mía, no hemos tenido ninguna duda (que es acolchadita y todo). Si es que yo me quedaría dormida en ella, porque además se reclina... en resumen, la suya estará nuevecita y creo que le voy a pegar el cambiazo y de paso la pido en un color distinto, por aquello de que no las confundamos.
He encontrado un curso interesantísimo que realiza nuestra amiga Verónica Maraver, aprenderemos a hacer botones con papel mágico, sí, sí, mágico porque salen cosas maravillosas como las de la fotografía.
Está claro, me he apuntado: me gusta el precio, el lugar y, por supuesto, la maestra. Para los de Barcelona y cercanías (parezco de la RENFE), se realizará en poco más de un mes, el viernes 20 de febrero, de 16.30 a 20.30 horas en un emplazamiento estupendo, La Casa Sagnier, en Sant Gervasi. Allí estaremos.
Definitivamente, después de fiestas estoy igual o más cansada que antes y encima con 5 kilos más (bueno, no tantos, pero telita). Nos hemos pasado unos 10 días en los que solamente hemos comido, brindado y poco más. Y, ahora, el cuerpo pasa factura.
No os hablaré de ninguna dieta maravillosa ni esos detox de los que todo el mundo habla. Nunca he hecho dieta, así que cuando empecé pensé que me costaría muchísimo, pero con una buena planificación y la dietista (que me mete caña) está todo controlado.
Mi gran problema, la planificación. Semanalmente tengo que vigilar lo que como, no la cantidad, es una cuestión más simple: una dieta equilibrada. Para ello, ya os lo he dicho, no os voy a dar la receta milagrosa, pero sí mi gran herramienta, uso plantillas semanales y así cada día me ciño a lo planeado y estoy recuperando mi antigua silueta. Os dejo algunas plantillas que he encontrado online gratis, tenéis los enlaces y agradezco infinitamente a estas personas tan creativas por ser tan generosas y dejar su trabajo en la red (que una no es muy mañosa).
.jpg)
