La arruga es bella

Cuando era pequeña mi abuela decía a menudo que la sonrisa era el mejor remedio a las arrugas, porque si estaba enfadada, cuando fuera mayor, me quedarían dos grandes surcos en la comisura de los labios. Así que la receta para una cara joven, en mi casa, siempre ha sido una gran sonrisa.
Hoy en día, mi abuela, se sorprendería de las técnicas que hay en el mercado para tener la piel siempre radiante y tersa. 

El Led es una técnica para mejorar el color de la piel, las manchas, rojeces o cicatrices. Es indolora y me lo estoy planteando, porque no se me va mucho de mi presupuesto, sobre unos 80 euros por sesión, y me han dicho que suele ser bastante efectivo. A ver si me informan bien.

Subiendo de precio, están los típicos peelings, a pesar de que hay de distintos tipos. No son para nada mi estilo, ya que mi gran problema son la rosácea y las rojeces, pero es ideal para puntos negros y granos.

La mesoterapia es un clásico: consiste en anestesiar la zona e inyectar pequeñas agujas con la ayuda de una pistolita, un compuesto a base de ácido hilaurónico, vitaminas y oligoelementos. A mí esto me da un terror terrible, aunque no deja de ser un sistema que se está volviendo muy habitual. Dejando las fobias a un lado: 150 euros la sesión.

La luz pulsada sirve para eliminar las manchas, dar uniformidad a la piel, atenuar las rojeces y mejorar la textura de la piel. La aplicación se hace con un gel y requiere de unas 4 sesiones. El precio oscila entre los 200 o 250 euros.

Creo que de momento seguiré con una sonrisa bien amplia, a ver si me libro de tanto tratamiento (y cruzaré dedos).