La decoración floral es uno de los detalles que más se quedan en mi mente después de haber ido a una boda (a pesar de que me escaqueo de ir a muchas, también es cierto). Los colores, la cantidad... son decisiones muy complicadas.
Por ello, porque me gustan los detalles más bien austeros, me decanto por esta maravillosa mezcla de cristal y flores, una solución fácil y que, además de ser una combinación bellísima, no entorpece a los invitados, ya que es tan sutil que solamente se percibe y aprecia como a lo que es: un detalle decorativo que no debe robar protagonismo a los novios.
Además, luego se puede repartir entre los invitados, hacer un montaje en tu jardin o repartirlos en el interior de tu casa (me los imagino con algunas grasas), usar alguno de comedero de pájaros, para poner las velitas... tienen infinitas posibilidades.
Una idea similar vi en un blog australiano hace un tiempo, en el que colgaban Botellas de vidrio con flores frescas y coloridas dentro. Quedaba precioso!!
ResponderEliminarQue monadas, están genial la verdad.
ResponderEliminarBesos
Me encanta! besos
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