Lo más complicado de la organización de la boda, por muy extraño que parezca, han sido los anillos. No haremos una gran celebración, la familia y poco más, así que me parecía mucho más simbólico la elección de los anillos, con los que tendremos que convivir toda la vida, así que deben tener algunas características muy nobles: ser fuertes, dureza, que no se rompan... o sea, los pilares de cualquier matrimonio.
Para ello, se activaron los más allegados, me hicieron un estudio comparativo entre todos los tipos, precios y colores (sí, también en eso, incluso en la rugosidad o acabado). Evidentemente, consulté por Internet a varios de mis esenciales y me enamoré perdidamente de un modelo en plata y, aunque el precio en oro me dejó destrozada, reconozco que si mi economía fuera otra, habrían sido seguramente mi elección. Finalmente, fuimos muy tradicionales, alianzas sencillas en oro amarillo, todo un clásico, como nosotros.
También debo decir que me he encontrado de todo, incluso gente que no ha contestado a mis mails o tiendas que, después de un mes, han decidido responderme y con prisas. Por ello, cuando te encuentras con gente como Karin, de KWJewellery, no puedes hacer nada más que agradecerle todos sus esfuerzos y amabilidad.
Desde luego hay gente que no se molesta..Besos
ResponderEliminarElegir los anillos es un gesto precioso y muchas veces no tan fácil como parece, jeje. Los vuestros son los de la foto? Alucino con los q pasaron de atenderos. Un besazo.
ResponderEliminarMercè, ya te los mostraré cuando nos veamos, ¡sorpresa!
EliminarFlipo con lo de los que no te respondieron, vamos que te vas a gastar una pasta y pasan, pues vaya atención al cliente.
ResponderEliminarBesos
A mi me pasó algo similar en una tienda, pasaron de mí, y eso que eran unas alianzas carísimas. Pero al volver a las pocas semanas, no las habían ni pedido. Así que nos fuimos al Corte Inglés, y sin esperar nada, nos llevábamos las alianzas ese mismo día.
ResponderEliminarson muy bonitos! Yo creo que a nosotros lo que más nos costó encontrar fueron también los anillos. Al final, los encargamos a un joyero artesano y nos los hizo
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