Por fin he tenido un poco de tiempo libre y motivación para volver a hacer de las mías en la cocina, el aniversario de bodas de mis padres, nada más y nada menos que 50 años casados. Esta vez me ha ayudado mi querido marido, me regaló un maravilloso recipiente para hacer Tarta Tatin, que parece una chorrada, pero si no la haces con los recipientes adecuados el resultado puede ser un desastre. Comienzo por el principio: INGREDIENTES (aunque suelo cocinar muy a ojo).
- 160 gr de azúcar, del normal, del que tenemos todos en casa.
- 120 gr de mantequilla, aunque como yo no soy muy fan de la mantequilla puse como 50 gr y quedó bien.
- Masa de hojaldre, la compro hecha porque soy muy perezosa y porque sale estupenda de precio, no es por hacer propaganda, pero en el Aldi sale a 0,99 euros y el resultado es espectacular.
- 1 kg de manzanas, aunque es un poco a ojo, en realidad, a medida que vas añadiendo gajos te das cuenta de las que necesitas.
¿Cómo la hacemos?
Bien facilito: ponemos en el recipiente la mantequilla y el azúcar, lo calentamos a fuego vivo hasta que empiece a estar doradito, con cuidado, porque aunque apaguemos el fuego sigue calentándose y podríamos quemar el caramelo, así que no hay que esperar a tener el color típico del caramelo o sería muy amargo, es preferible apagarlo un poco antes y no arriesgarse. Apartar y dejar reposar un poco. Precalentar el horno entre 200 o 180 grados.
Mientras hacemos todo eso, sacamos los corazones a las manzanas y las pelamos, las cortamos a gajos más bien grandes, porque las pondremos bien apretujadas encima del caramelo ya que luego menguan un poco y más vale que sobre. Una vez hecho esto, pasar un rodillo por la masa de hojaldre, no demasiado, que el grosor ya está bien, y ponerla encima del recipiente, introduciéndola bien por los lados e incluso por entre las manzanas. Y ya solo falta meter el recipiente en el horno, de ahí la importancia de tener un buen recipiente, apto para fogones y para el horno.
Después de una media hora en el horno, o bien cuando el hojaldre esté doradito y el caramelo sobresalga por los lados, ya tenéis lista la tarta. Ahora solamente falta lo más importante y complicado (hasta que mi marido me regaló el recipiente especial para tarta Tatin), darle la vuelta. En todo caso, poner un recipiente más grande encima y dadle la vuelta, igual que haríais con una tortilla de patatas, pero con muchísimo más de cuidado, puesto que hay que hacerlo rapidito, antes de que se enfríe y hay peligro de quemarse. Y ya está: es preferible servirlo un poco caliente, aunque a temperatura ambiente también está buenísimo.
Qué bueno.
ResponderEliminarBesos.
Pero qué rica! Gracias por la receta.
ResponderEliminarMuaks!
Apuntada... aunque ahora me falta ese recipiente perfecto. Tengo una nueva necesidad. Jus!
ResponderEliminar;)
Que rica! :D
ResponderEliminarBesos
Pues tiene una pinta estupenda, y seguro que está rica rica, besos! :)
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