De nuevo, Chico me ha conquistado. Le encantan los días señalados. Ya sé que mucha gente dice que celebrar el día de San Valentín es demasiado comercial, que cualquier día es ideal para celebrar el amor y bla bla bla; pero mira, nosotros lo celebramos cada día y el 14 de febrero mucho más.
Lo cierto es que yo este año le regalé unos miserables vales, ya sabéis, contienen la promesa de masajes y arrumacos varios (luego ya veremos si los cumplo, no se dio cuenta, pero no están firmados y ante el notario no son más que un trozo de papel).
En resumen, me sorprendió con un precioso anillo, que hace juego con el que me regaló el día que me pidió en matrimonio, a pesar de no ser del mismo diseñador. Acudió a eldasign, porque sabe cuánto me gustan los diseños de esta chica: un precioso anillo con un corazón, sencillo pero muy simbólico. Los llevo los dos juntos. Ha vuelto a robarme un beso, otro, otro y otro, y me tiene enamorada, el día de San Valentín y el resto de los días.
Desde que me metí en esto de los blogs que me he dado cuenta de cuánto tengo que aprender de las redes, porque todo es importante, desde el color (que parece tan superfluo) hasta el contenido. Así que me intereso por todos los cursos habidos y por haber.
Hace cosa de un mes, desde Creatiburón organizaron un sorteo en el que ofrecían un curso de Diseño para Redes Sociales que me entusiasmó, así que me lancé... no gané, pero me quedó el gusanillo y me estuve informando para apuntarme.
Mi gran y agradable sorpresa fue que si te suscribes recibes una promo de un 30% de descuento en el curso, así que está genial de precio (en total, poco más de 50 euros) y el temario es estupendo.
La decoración floral es uno de los detalles que más se quedan en mi mente después de haber ido a una boda (a pesar de que me escaqueo de ir a muchas, también es cierto). Los colores, la cantidad... son decisiones muy complicadas.
Por ello, porque me gustan los detalles más bien austeros, me decanto por esta maravillosa mezcla de cristal y flores, una solución fácil y que, además de ser una combinación bellísima, no entorpece a los invitados, ya que es tan sutil que solamente se percibe y aprecia como a lo que es: un detalle decorativo que no debe robar protagonismo a los novios.
Además, luego se puede repartir entre los invitados, hacer un montaje en tu jardin o repartirlos en el interior de tu casa (me los imagino con algunas grasas), usar alguno de comedero de pájaros, para poner las velitas... tienen infinitas posibilidades.
En el mercado hay un montón de cajas de muestras: de cosmética, de comida e incluso de pañales, así que en el tema bodas no podía faltar la cajita correspondiente y, a pesar de que no suelen gustarme demasiado, esta me ha conquistado totalmente.
Wedding Chic incluye 15 productos de primera calidad e indispensables para toda novia: bailarinas enrolladas, para cuando los pies ya no pueden con los taconazos; una flor de muselina, de la diseñadora de tocados Lucía Be; un DIY para hacer un pai pai (no podía faltar, para el sofoco del cava); bálsamo labial y minijabón de El Árbol del Jabón; la liga, claro está, de Miss Complementos de Novia; de Delavalentina, de la que ya os hablé hace un tiempo, un recortable de novios; una coctelera fucsia, lo más; junto a la copa luminosa, para no perderla; una chapa e imán de boda de Camaloon, un regalito estupendo para los invitados; alfileres de boda de Trocitos de Boda; chocolateeeeee de TaperWedding... buf cuántas cosas.
... Y sigue: probeta de Arroz de colores; incienso y aceite corporal de No somos malas (uuuuuuhhh); champú y gel de cosmética para viajar, que le va genial a las toallitas de Näps y, finalmente, Confetti de Todoconfetti.com. Lo mejor de todo, notición, hasta el 14 de febrero (sí, esa fecha), la caja está de oferta, en lugar de 29,95 euros, cuesta 24,95 euros (que es época de rebajas).
Lo más complicado de la organización de la boda, por muy extraño que parezca, han sido los anillos. No haremos una gran celebración, la familia y poco más, así que me parecía mucho más simbólico la elección de los anillos, con los que tendremos que convivir toda la vida, así que deben tener algunas características muy nobles: ser fuertes, dureza, que no se rompan... o sea, los pilares de cualquier matrimonio.
Para ello, se activaron los más allegados, me hicieron un estudio comparativo entre todos los tipos, precios y colores (sí, también en eso, incluso en la rugosidad o acabado). Evidentemente, consulté por Internet a varios de mis esenciales y me enamoré perdidamente de un modelo en plata y, aunque el precio en oro me dejó destrozada, reconozco que si mi economía fuera otra, habrían sido seguramente mi elección. Finalmente, fuimos muy tradicionales, alianzas sencillas en oro amarillo, todo un clásico, como nosotros.
También debo decir que me he encontrado de todo, incluso gente que no ha contestado a mis mails o tiendas que, después de un mes, han decidido responderme y con prisas. Por ello, cuando te encuentras con gente como Karin, de KWJewellery, no puedes hacer nada más que agradecerle todos sus esfuerzos y amabilidad.
