miércoles, 8 de enero de 2014

Fascículos con amor

Hace unos días me vino Chico, con toda su buena fe, con un regalo muy especial. Vio en el quiosco un fascículo y me lo trajo, me dijo: como ahora te ha dado por esto del tricot... Es tan majo, lástima que el ganchillo no sea lo mismo, pero le haré una mantita o una bufandita o lo que me inspire en su momento, que al final voy a ser mujer para todo, a mi edad.


Es como cuando lo mandé a por un peine y me trajo un cepillo, bueno, es que cuando uno no tiene ni un pelo en la cabeza, es lo que tiene. Yo diría que es como los esquimales, que distinguen varios tipos de blanco y de nieve y para nosotros todo viene a ser lo mismo.


Ahí estoy, pensando si voy a empezar la manta. El fascículo venía con dos madejas, pero me apetece hacer cuadraditos, así no tendré la sensación de que tardo un montón, iré reuniendo partes de la manta hasta que pueda unirla toda. Siempre he querido una y Chico me ha dado la oportunidad. No sé si le hará mucha gracia, es alérgico al polvo y el pobre está soportando todos mis proyectos laniles con puro estoicismo.

1 comentario:

  1. Jajaja... seguro que Javi haría una cosa así, es muy despistado y no distingue una cosa de otra.
    Queremos foto, si te atreves a hacerla!! Ojalá yo supiese hacer esas cositas!

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