Escribía Borges en uno de sus poemas (pobrecito mío era un monstruo de la literatura pero un poeta ligeramente limitadillo) que si volviera a nacer sería más tonto y cometería más errores y andaría descalzo por la vida sin paraguas ni paracaídas.
Nos hemos equivocado juntos infinitas veces, y aun así, ha sido bonito compartir contigo tantas cagadas, tanto empeño en caminar juntos a pesar de mis estupideces, tantos enfados (sí, también eso), con sus momentos tiernos y sus ratitos cotidianos. Equivoquémonos otra vez, a menudo, en otro plano, es cierto, pero por puro placer (y conste que no hablaba de exo))).
El otro día escuchaba a dos amigas que conversaban en un bar. Una le explicaba a la otra que sólo había podido ser amiga de uno de sus exes. Que sólo con Periquito (llamémosle así porque ya sabes que la memoria no es mi fuerte) seguía manteniendo contacto. Creo que decían que habían vuelto a ser amigos. Que haberlo sido una vez era lo que les permitía seguir tendiendo puentes.
Tú y yo fuimos buenos amigos. Que me odias, lo sé. Que me hubieras partido el paraguas en mi cabecita reluciente, pues también lo sé. Que te escribí poco, lo sé. Mucho menos de lo que merecías, no creas que no soy consciente. Déjame remediarlo.
¿Es coherencia? Sí. Sin duda. Además, a unas malas, siempre puedes darle al botoncito rojo (a ese de "Suprimir el blog") si te cansas, o dejar de escribir si no te vengo en gana.
Eso opino. Dixit.
No hay comentarios:
Publicar un comentario