domingo, 30 de agosto de 2009

Soy R3PO

Tiene su qué eso de suplantar identidades. Lástima que algunas (supremas, como la tuya, y borra de tus labios cualquier atisbo de ironía que no utilicé...) sean difíciles de suplantar. Hacerlo es afearse a uno mismo (una misma, mismamente).

Pues sí. Te diría que ya que tomó tu nombre, se lo prestes de aquí en adelante. Pero sólo para su blog, eh. Si quiere algún comentario, que se lo cocine solita. Cualquier sherlok de tres al cuarto sabría distinguir entre las palabras de alguien antes y después (es decir, entre el real y el suplantante).

Y hablando de suplantes (que no de implantes, que tampoco me vendrían nada mal), te confesaré que llevo unas semanillas con R3PO bastante enfadado pobre, porque ha descubierto que intento suplantar su identidad (peor, su cuerpo, aightn). ¿Sabes qué pasa? Que tiene que ser un gustazo ese fresquito de la piel de un robot, y sobre todo esa inteligencia suprema para conocer el entresijo de cables que configuran su interioridad y esa habilidad para desconectar el que funciona incorrectamente. ¿Y qué decir de ese juego de botones y lucecitas? Que seguiré intentándolo, a ver si encuentro el stand by.

BEsitTos.

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