Este año me ha servido para reconstruirme, para aprender a quererme. Empecé el año desesperada, triste y hundida, pero ahora sé que todo puede ir mejor, sobre todo si creo en mí.
Te quiero, no puedo evitarlo, aunque lo haya intentado muchísimas veces, a pesar de que hayas hecho todo lo posible para que te odie (y lo sabes bien). Sigo a tu lado porque hemos llegado a un punto en el que somos familia, tal como has dicho, y ya sabemos que a la familia se le permite casi todo y más, y se la sigue queriendo. No sé si eso es bueno o malo, pero es así.
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