lunes, 11 de enero de 2010

Adelante

Es cierto, empecé el año con una sonrisa, contenta por estar viva y muy descansada, que ya me hacía falta. No, no se me ocurre mejor manera de empezar el año que entre tus brazos, a pesar de todo.
2009 fue un año que me conviene recordar, no porque fuera un buen año, así que en el 2010 tengo que haber aprendido la lección y reemprender la vida con una renovada sonrisa, con un aire nuevo de esperanza. Eso no significa que quiera apartarte de mí, todo lo contrario, sabes que siempre te querré (deja de preguntar por qué, es irracional).
Me encantó Lisboa, tenía un toque de decadencia que la hacía inolvidable, entre perdida y dejada, creo que por eso nos gustó tanto, porque en el fondo nos sentimos un poco así. En cuanto a lo del músculo, tengo que disentir, no es músculo, mi vida, son aquellas maravillosas fatías douradas (torrijas, in spanish) que nos zampábamos cada vez que podíamos: puro azúcar, no puro músculo.
Este año que empieza va a ser maravilloso, estoy segura, sólo tenemos que proponérnoslo, sonreír ante las dificultades y, tal como dices, caminar uno al lado del otro, ayudándonos, alegrándonos por lo que le ocurre a cada uno.
Te quiero.

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